Se las debíamos…
Los precios del lugar nos tiene gratamente soprendidos, muy accesibles y la porción muy vasta, aunque debemos decirles que el producto es más para llenarse que para disfrutarse, el pollo ‘fake’ (así lo decimos porque es más harina, a ver sino se enoja la #LadyMust) está en el mismo tenor, el spaghetti, al menos ayer, insípido, se observaba que solo lo habían cocido y luego le había vertido muy poca salsa de soja, el arroz es promedio, si lo prepararan con más jengibre (porque sentimos un pequeño, diminuto y efímero sabor a él), nos hubiese gustado más, como siempre, cada paladar es diferente.
Para terminar pedimos un spring roll: bastante, demasiado pesado y de harina. El relleno es zanahoria con queso, no fueron malos. Los precios como volvemos a comentar son demasiado accesibles, sentimos que es lo más económico de la ciudad, las medidas higiénicas al menos cuando estuvimos fueron buenas ya que barrieron cuando estábamos comiendo (aunque claro, también levanta polvo), sin embargo nos ha llegado uno que otro mensaje a nuestra redacción (o sea al Messenger), que la higiene no es buena. No es hate, solo lo mencionamos porque fueron varios comentarios. Ustedes como siempre tienen la última palabra, foodies.
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